Acompañar y sostener en el entorno digital
No basta con haber nacido en un contexto donde internet tiene una fuerte presencia cotidiana para garantizar la adquisición de las habilidades necesarias para transitar el entorno digital de forma segura, responsable, crítica, reflexiva, creativa y participativa.
El concepto de nativos digitales, usualmente utilizado, contribuye a una idea errónea acerca de que infancias y adolescencias son expertas tecnológicas. Tampoco da cuenta de las diferentes etapas de los procesos de desarrollo de niños, niñas y adolescentes, ni de la necesidad de acompañar la adquisición progresiva de autonomía para tomar decisiones vinculadas a las prácticas en el entorno digital.
El impacto del uso de los dispositivos y de las prácticas en el entorno digital no es igual para todas las personas. Los efectos dependen de factores como la cantidad de tiempo de exposición, el tipo de contenido, el contexto y las características individuales.
Para acompañar es necesario comprender el funcionamiento y las condiciones del entorno digital. Es decir, los modos en que los datos, los algoritmos y las plataformas condicionan las actitudes personales, comunitarias y sociales.
Involucra el conocimiento de los derechos humanos y los mecanismos para ejercerlos y defenderlos, cuando no son debidamente respetados y garantizados.
También, requiere reflexionar acerca de las formas en las que nos relacionamos, convivimos y contribuimos en la construcción de un entorno saludable, que nos permita alcanzar un mayor bienestar personal, comunitario y social.
A su vez, implica identificar las posibilidades de crear y participar, para no ser únicamente personas consumidoras o espectadoras, sino tener un rol activo en este entorno.
En este sentido, es clave entender que las tecnologías no son neutrales, en la medida que están creadas con propósitos específicos y desarrolladas con relación a intereses particulares. La concentración de la actividad del entorno digital en una reducida cantidad de plataformas privadas, que lideran y establecen sus propias reglas y compiten por la atención de quienes acceden a internet, implica un desafío para la garantía de los derechos.
Acompañar también significa que las personas adultas sean ejemplo en el vínculo con las tecnologías, se involucren en las actividades en línea de las niñas, niños y adolescentes, establezcan límites para fomentar el equilibrio entre actividades digitales y no digitales, y brinden espacios de intercambio basados en la escucha, el respeto y la confianza.
La infancia y la adolescencia son etapas en las que es indispensable que las personas adultas estén presentes y actúen como guía para que niñas, niños y adolescentes puedan habitar el entorno digital de forma saludable y disfrutable.