3.6 Perspectivas macroeconómicas 2024-2028
Para el año 2024 se espera un mayor ritmo de crecimiento en el nivel de actividad económica que se estima en 3% en términos reales, impulsado por la incidencia de una mayor demanda externa neta, especialmente de bienes, a la que se sumará el crecimiento del gasto de consumo de los hogares, a instancias de la recuperación del salario real y del empleo.
Desde la perspectiva de las actividades económicas, vale destacar el crecimiento previsto para la industria manufacturera, contemplando parte del rebote de la actividad en la refinería de ANCAP que estuvo cerrada debido a la parada de mantenimiento (desde setiembre de 2023 y comenzó sus actividades a mediados de abril de este año), y una mayor producción de la tercera planta de celulosa operativa desde el año pasado. Asimismo, se destaca la recuperación de la actividad en electricidad, gas y agua, sector que el año pasado estuvo fuertemente afectado por la sequía.
Para el año 2025 se espera que la tasa de crecimiento también registre impactos del rebote por el cierre de la refinería de petróleo y que la incidencia de la demanda interna se vea fortalecida desde la recuperación de la inversión, y para los siguientes años se mantiene para todo el período una tasa de 2,7%, más cercana a la tasa de crecimiento potencial de la economía.
En lo que refiere al mercado de trabajo, se proyecta que la trayectoria conjunta de los salarios y el empleo evolucione en línea con la actividad económica. Para los precios, se incorpora al escenario macroeconómico la gradual convergencia de la inflación a la tasa de 4,5% anual que es el centro del rango meta definido como el objetivo de la política monetaria.
Estas proyecciones están elaboradas bajo un contexto internacional y regional que continúa mostrando pocas señales alentadoras. Las tensiones geopolíticas, tanto entre Rusia y Ucrania como en el Medio Oriente, así como niveles de actividad mundial menores al promedio histórico debido a orientaciones monetarias restrictivas de los bancos centrales, aún se mantienen. En la región, el plan de estabilización que está llevando adelante el Gobierno argentino, se espera que tenga importantes impactos sobre la actividad económica de dicho país. En tanto, para Brasil se remarcan los posibles efectos de las importantes inundaciones en el sur del país, con importantes pérdidas sociales y económicas.