Barrios Sin Violencia

El programa Barrios Sin Violencia constituye una intervención piloto comunitaria de prevención de la violencia, ejecutada por organizaciones de la sociedad civil. Esta estrategia de intervención focalizada está basada en el modelo Cure Violence y en un enfoque epidemiológico de la violencia, y se ejecuta en el marco del Componente 1 del Programa Integral de Seguridad Ciudadana II.

Su implemetanción está prevista para marzo de 2024 e implica el despliegue de equipos comunitarios encargados de interrumpir dinámicas de violencia y mediar en conflictos interpersonales y grupales en las siguientes zonas y barrios de Montevideo:

  • Zona 1: Peñarol, Casavalle, Manga, Marconi, Las Acacias, Villa Española.

  • Zona 2: Casabó, La Paloma, La Teja, Tres Ombúes, Cerro Norte.

 

La metodología del programa Barrios Sin Violencia se basa en un enfoque epidemiológico de la violencia, según el cual hay manifestaciones de violencia que no solo se concentran en ciertos barrios, sino que también exhiben períodos de crecimiento, incubación y demora, similares a los que exhibe una enfermedad contagiosa. Al igual que con las enfermedades contagiosas, también hay factores de riesgo que predicen los homicidios. Por ejemplo, la concentración de hombres jóvenes que no trabajan ni estudian, marginalidad, participación en grupos criminales, consumo problemático de drogas y uso ilegal de armas de fuego. Sobre todo, sin embargo, el factor de riesgo más importante para predecir un homicidio en muchas ciudades es un tiroteo o homicidio previo. Igual que una infección gripal está precedida por la infección de otra persona, muchos homicidios están precedidos por agresiones u homicidios asociados que pueden terminar generando muchas muertes posteriores.

Es bajo esta premisa que en la ciudad estadounidense de Chicago se desarrolló en el año 2000 el programa de mediación de la ONG Cure Violence. El modelo Cure Violence está basado en el enfoque de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para revertir la transmisión epidémica de enfermedades contagiosas, aplicando tres estrategias básicas:

  1. detectar e interrumpir conflictos violentos o potencialmente violentos,

  2. identificar y tratar a las personas de alto riesgo, y

  3. cambiar las normas de comportamiento que facilitan la violencia.

 

El modelo Cure Violence aplica estas tres estrategias contrastadas para interrumpir la transmisión de la violencia y prevenir su propagación futura. Se centra en personas o grupos con mayor riesgo de iniciar o ser víctimas de violencia, interviniendo en conflictos potencialmente letales. Una característica central es el uso de mediadores o "interruptores” de violencia, referentes de las comunidades afectadas que tienen acceso a aquellas personas con mayor riesgo de perpetrar o sufrir violencia.

La metodología de trabajo Cure Violence se ha replicado en más de 100 comunidades, incluyendo barrios de más de una decena de países de América Latina cómo Brasil, Colombia, Honduras, Jamaica, México, Puerto Rico, y Trinidad y Tobago. Muchas de estas adaptaciones fueron objeto de evaluaciones independientes, y por lo general mostraron reducciones considerables y estadísticamente significativas de la violencia armada. La última evaluación registrada en Trinidad y Tobago, concluye que “la implementación de Cure Violence generó apoyo educativo y laboral, con una reducción de la violencia, en particular los asesinatos por represalia" (Adams y Maguire, 2023). En consecuencia, Cure Violence ocupa actualmente el 1° puesto entre las ONGs centradas en prevenir la violencia y el 10° puesto entre las 500 ONGs más importantes del mundo.

En septiembre de 2023 vino a Montevideo una misión de la ONG internacional Cure Violence Global y realizó un estudio de prefactibildad para determinar la viabilidad de adaptar y aplicar su metodología de interrupción de la violencia en barrios seleccionados de Montevideo. La visita fue intensa e incluyó reuniones con autoridades estatales, fiscales de homicidio, instituciones públicas y privadas, organizaciones de la sociedad civil y vecinos de zonas seleccionadas; visitas guiadas y talleres en los barrios en los cuales se prevé implementar el programa; así como visitas guiadas a la Unidad Nro. 4 "Santiago Vazquez" del Instituto Nacional de Rehabilitación. El informe final del estudio de prefactibilidad concluyó que “Montevideo cuenta con las condiciones para adaptar e implementar el modelo de interrupción de violencia de Cure Violence” y supone “campo fértil para pilotear la metodología de interrupción”.

 

 

Referencias:

  • Adams, Ericka B., y Edward R. Maguire. 2023. “Qualitative Evidence on the Implementation of Cure Violence in Trinidad and Tobago”. Prevention Science.

  • Ransford, Charles et al. 2017. “El modelo Cure Violence: Reducción de la violencia en San Pedro Sula (Honduras)”. Revista CIDOB d’Afers Internacionals 2017(116): 179–206.

  • Slutkin, Gary. 2013. “Violence is a Contagious Disease”. En Contagion of Violence: Workshop Summary, eds. IOM (Institute of Medicine) y NRC (National Research Council). Washington, D.C.: The National Academies Press, 94–111.

  • Slutkin, Gary, Charles Ransford, y R. Brent Decker. 2015. “Cure Violence: Treating Violence As a Contagious Disease”. En Envisioning Criminology: Researchers on Research as a Process of Discovery, eds. Michael D. Maltz y Stephen K. Rice. Cham: Springer International Publishing, 43–56. http://link.springer.com/10.1007/978-3-319-15868-6.

 

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