Exposición de Motivos - RC 2024

3.4 POBREZA Y DISTRIBUCIÓN

3.4.1 Pobreza e indigencia

La pobreza es un fenómeno multidimensional cuya medición no es trivial y exige un amplio conjunto de definiciones metodológicas. En el último tiempo el INE ha realizado dos innovaciones metodológicas en la medición de la pobreza: la publicación de la medición de la pobreza multidimensional (en febrero de 2025) y la actualización de la medición de la pobreza por el método del ingreso (en mayo de 2025).

Con respecto a la pobreza monetaria, la actualización de la metodología se basa en la Encuesta de Gastos e Ingresos de los Hogares (ENGIH) de 2017, y arroja estimaciones superiores a las que se obtuvieron con la metodología anterior.

Por su parte, la medición de la pobreza multidimensional incorpora dimensiones distintas a la monetaria, con el objetivo de captar las privaciones que enfrentan los hogares uruguayos en cinco áreas clave: educación, condiciones habitacionales, servicios básicos, protección social y empleo. Esta perspectiva complementa la medición de la pobreza basada exclusivamente en el ingreso, ofreciendo una visión más integral del fenómeno.

3.4.1.1 Pobreza por el método del ingreso

En mayo de 2025 se presentaron las estimaciones de pobreza de 2024, realizadas a partir de la nueva metodología para calcular la pobreza publicada en febrero de 2025. La nueva metodología se basa en la ENGIH realizada en 2017 (la anterior línea se basaba en la ENGIH de 2006). Esta nueva línea de pobreza incluye innovaciones metodológicas y recoge cambios en los patrones de consumo de las familias uruguayas entre 2006 y 2017.

En términos generales, los valores estimados de pobreza y de indigencia que surgen de la metodología 2017 son diferentes y más elevados que los que se obtienen con la metodología 2006.


Las diferencias en nivel no modifican algunas características estructurales que mostraban las estimaciones de pobreza con la línea 2006. En primer lugar, la fuerte infantilización de la pobreza persiste en ambas estimaciones. En segundo lugar, la trayectoria histórica de fuerte descenso de la pobreza entre 2006 y 2017 y de aumento durante la crisis económica generada por la pandemia de COVID-19 se verifica bajo ambas metodologías.


Según la nueva metodología, la pobreza en 2024 se ubicó en 17,3%, lo que representa una caída en relación con el valor de 20,0% de 2023. Por su parte, la indigencia fue de 1,5%, inferior al 2,3% del 2023. De esta forma, la pobreza en 2024 se ubica en el mismo valor que la de 2019 (17,3%), mientras que la indigencia se encuentra un escalón por encima de su valor de 2019 (1,0%). 

En cuanto a los grupos etarios, la pobreza continúa fuertemente infantilizada. La pobreza entre los menores de 6 años alcanza al 32,2%, mientras que entre los adultos mayores se ubica en 6,3%. Si bien esto representa un descenso respecto a los valores de 2023 (35,5% y 7,8%, respectivamente), una mirada de mediano plazo revela un aumento de la pobreza infantil en comparación con cinco años atrás, cuando se ubicaba en 30,5%.

En relación con las áreas geográficas, a diferencia de la metodología anterior —que mostraba sistemáticamente niveles de pobreza más altos en la capital que en el interior—, la nueva metodología arroja valores similares para Montevideo e interior del país, con tasas de 17,5% y 17,2%, respectivamente.

3.4.1.2. Pobreza multidimensional

En febrero de este año el INE presentó por primera vez una medida oficial de pobreza multidimensional correspondiente a 2024. El Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) tiene como objetivo medir el grado de privación que enfrentan los hogares en dimensiones clave del desarrollo, excluyendo el ingreso monetario. Las dimensiones consideradas son: educación, condiciones habitacionales, servicios básicos, protección social y empleo.

Esta nueva medición no sustituye a la pobreza por ingreso, sino que ofrece una lectura complementaria del fenómeno. Un hogar puede no ser clasificado como pobre desde el punto de vista del ingreso, pero presentar privaciones significativas en otras dimensiones, y por tanto ser considerado pobre desde una perspectiva multidimensional (o viceversa).

La metodología fue elaborada por el INE con la asistencia técnica de PNUD, UNICEF y OPHI (Oxford Poverty and Human Development Initiative), referente global en esta materia. Además, se realizaron talleres con técnicos de distintas instituciones —incluyendo la academia, centros de investigación y organismos del Estado— con el fin de recoger aportes para el diseño metodológico. La fuente de datos utilizada es la Encuesta Continua de Hogares (ECH), lo que permite contar con una medición regular del IPM, dado su carácter semestral.

Para determinar si una persona es pobre en alguna de estas dimensiones se definió un conjunto de 15 indicadores, con umbrales específicos que reflejan privaciones relevantes. Un hogar es considerado pobre si presenta carencias en al menos cuatro de estos indicadores.

 


 

Para el total del país en el año 2024, el 18,9% de las personas son pobres según el método multidimensional. Las personas pobres tienen, en promedio, 33,7% de privaciones ponderadas. Las dimensiones en donde se encuentra mayor incidencia de privaciones son: años de escolarización, informalidad, y materialidad y problemas de la vivienda.

3.4.1.3. Personas en situación de calle

Las personas en situación de calle representan una expresión extrema de exclusión social, caracterizada por la combinación de carencias materiales, aislamiento relacional y fragilidad en el acceso a derechos básicos. Se trata de una problemática compleja, visible en el espacio público, que plantea desafíos persistentes para las políticas de protección social. En los últimos años esta situación ha mostrado una tendencia creciente, consolidándose como una de las manifestaciones más críticas de la pobreza y la vulnerabilidad urbana.

El último relevamiento de personas en situación de calle en Montevideo fue presentado por el MIDES en agosto 2023. El relevamiento se realizó mediante un operativo nocturno entre las 00:00 y las 06:00 horas, en el que se identificaron 2.758 personas en situación de calle, de las cuales 1.395 estaban en refugios o centros nocturnos y 1.363 dormían a la intemperie en 958 puntos georreferenciados. Además del conteo, se aplicó una encuesta a las personas, que permitió caracterizar su perfil sociodemográfico, trayectorias, redes de apoyo, situación laboral, salud mental y consumo de sustancias. El relevamiento confirmó que esta realidad afecta principalmente a varones adultos uruguayos con un promedio de edad de 39 años, con baja escolaridad, vínculos sociales debilitados y trayectorias marcadas por la precariedad y la exclusión. Se verificó una alta prevalencia de consumo diario de drogas (principalmente pasta base) y una fuerte correlación con el hecho de haber estado privado de libertad.


El análisis de la serie histórica evidencia un incremento sostenido en el número total de personas en situación de calle desde 2016, con un crecimiento particularmente marcado entre quienes duermen a la intemperie. Mientras en 2016 se registraban 1.393 personas en total, para 2023 la cifra se duplicó. También se observan cambios en las causas declaradas: si bien la ruptura de vínculos continúa siendo la principal razón, ha aumentado el peso de las adicciones como factor determinante. A su vez, creció la proporción de personas que manifiestan preferir la calle antes que acudir a refugios, lo que evidencia desafíos adicionales para las políticas públicas orientadas a la protección social y la reintegración.

3.4.2. Distribución

En su último reporte, el INE incluyó cambios metodológicos en la agregación de ingresos que también implican modificaciones en las mediciones de distribución del ingreso a través del índice de Gini. El cambio implica usar un ingreso disponible ajustado que no incluye el valor locativo ni las cuotas de salud (imputadas por FONASA o por sanidad militar/policial).

El Índice de Gini se ubicó en 2024 en 0,405. Esto representó una disminución de la desigualdad en el año 2024, respecto a 2023 cuando el índice se ubicó en 0,417.

El INE no presentó series históricas armonizadas con la nueva definición de ingresos, por lo que para realizar una mirada de mayor alcance histórico se utilizará la medición tradicional a partir de la metodología 2006. Una mirada de largo plazo del Índice de Gini permite ver un fuerte descenso de la desigualdad, acontecido fundamentalmente entre 2007 y 2012. Esto fue seguido de una estabilización de los niveles de desigualdad entre 2013 y 2018. A partir de allí, un paulatino aumento hasta el año 2023, para luego descender en el año 2024 al nivel de 2019. 


El descenso en el índice de Gini en 2024, que revierte la tendencia de aumento de la desigualdad que venía verificándose, se debe fundamentalmente a la distribución de ingresos captada por la ECH en el segundo semestre de 2024, que muestra un fuerte descenso en relación con valores previos.


 

El ingreso promedio de los hogares en 2024 creció 2,8% con respecto a su valor de 2023. Esta recuperación completa un quinquenio en donde el ingreso de los hogares regresó, en términos reales, a sus valores promedio de 2019.

Una posible mirada distributiva sobre el ingreso de los hogares consiste en analizar su variación diferenciando por decil, comparando el crecimiento promedio y el crecimiento del primer decil de ingresos (que comprende al 10% de las personas con menores ingresos). La realización de este análisis para los últimos 20 años permite distinguir entre patrones de crecimiento de los hogares bien distintos. Para los diez años transcurridos entre 2004 y 2014 se verificó un período de alto crecimiento del ingreso de los hogares, con un perfil de crecimiento progresivo, en el cual crecieron más los ingresos de los hogares más pobres.


En el quinquenio 2014-2019 se verificó una leve caída del ingreso de los hogares en términos promedio, pero el ingreso del primer decil creció levemente. Por otro lado, en el quinquenio 2019-2024 se dio una situación similar pero inversa: el ingreso de los hogares aumentó levemente en términos promedio, pero el ingreso de los hogares del primer decil cayó.

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