Anuario de OPYPA 2021

Ganadería, primeros resultados de la Cuenta Ambiental Económica Agropecuaria

Natalia Román Agudo[1]

Jaqueline C. Visentin[2]

El Sistema de Contabilidad Ambiental Económica (SCAE) es un marco estadístico internacional, aprobado por las Naciones Unidas, complementario al Sistema de Cuentas Nacionales. Permite evaluar interacciones entre la economía y el ambiente, así como el stock de activos ambientales y sus variaciones.

En este documento se presentan los primeros resultados de la actividad económica ganadera desagregado por ramas económicas y con análisis para los principales productos. Estos resultados hacen parte del informe completo de la primera versión de la Cuenta Ambiental Económica Agropecuaria (CAE-Agro), en el que se incluyen también la agricultura y la pesca. Se muestra un resumen del uso que da la ganadería a los recursos naturales y a los fertilizantes y pesticidas, su evolución y su relación con la generación de Valor Agregado.

1. Aspectos metodológicos del manual de la Cuenta Ambiental Económica Agropecuaria:  

El manual utilizado para la construcción de la CAE-Agro fue aprobado y publicado por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la División Estadística de las Naciones Unidas (ONU-DAES) y por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en enero del año 2020, lo que hace a Uruguay un país pionero en la implementación de esta cuenta. En ese sentido, se aclara que para la primera versión se siguieron estrictamente las recomendaciones del manual y que, para complementar el análisis, se construyeron indicadores que superan su alcance.

A continuación, se enumeran algunos aspectos metodológicos del manual 2020 con el fin de facilitar la comprensión de los resultados:

  • La desagregación de productos y actividades económicas es estrictamente consistente con la de las Cuentas Nacionales. En el caso de la ganadería la desagregación máxima es la siguiente:

- Actividad A8: Producción de leche y productos lácteos elaborados en predio; servicios ganaderos aplicados a la producción de leche.

- Actividad A9: Cría de ganado vacuno, ovino, caprino, caballar, excepto producción de leche; servicios ganaderos aplicados a esta actividad.

- Actividad A10: Cría de otros animales; elaboración de productos animales n.c.p[3].; caza ordinaria y servicios conexos; producción de pieles finas mediante actividades de caza ordinaria y con trampas; servicios aplicados a esta actividad.

  • No se estima el uso de recursos y las emisiones de los servicios aplicados.
  • El alcance de la CAE-Agro se limita a la actividad primaria, de manera consistente con la clasificación A de CIIU-4 y con la clasificación A del Banco Central de Uruguay (BCU), por lo que, por ejemplo, la carne en queda excluida de la cuenta.
  • Los análisis se realizan a pesos corrientes, los indicadores hacen por: hectárea (ha), tonelada de producto en el caso de los cultivos, metro cúbico (m³) de madera en el caso de la forestación y por número de animales en el caso de la ganadería, sin embargo, en este estudio se agregan indicadores complementarios en pesos constantes y por kilogramo de carne en peso vivo.
  • La metodología considera únicamente las emisiones brutas de Gases de Efecto Invernadero (GEI), no se tienen en cuenta las remociones de ningún sector.
  • Según lo establecido en la metodología, cuando se habla de pesticidas se incluye: Insecticidas, aceites minerales, herbicidas, fungicidas y bactericidas, tratamientos para semillas, reguladores de crecimiento y rodenticidas.

2. Primeros resultados de la CAE-Agro para productos ganaderos

    2.1. Participación de las actividades económicas ganaderas en el valor de producción, la generación de empleo y el uso de recursos

Para facilitar la lectura se hará mención a las actividades económicas del BCU de la siguiente manera:

Tabla 1

Según la última actualización de las Cuentas Nacionales (BCU 2020), en el año 2016 las actividades económicas ganaderas fueron responsables del 3.3% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, su valor de producción alcanzó los 97.824 millones de pesos corrientes y generaron 87.606 puestos de trabajo equivalentes. Se hizo un desglose de esta participación acuerdo con la clasificación de actividades económicas del BCU y se encontró que, la Cría de ganado vacuno y ovino tuvo la mayor participación tanto en la generación de puestos de trabajo equivalentes (71%) como en el valor de producción (63%). En segundo lugar, se encontró la producción de leche y por último la Cría de otros animales (gráfica 1).

En  2016 la ganadería extrajo 222.770 hm3 de Agua Azul[5], la cría de ganado vacuno y ovino fue responsable de la mayoría de su uso (94%), seguida por la producción de leche (4%) y en una parte mínima por la Cría de otros animales (2%), los valores de consumo de agua se relacionan directamente con el stock de animales para cada actividad económica y con el requerimiento hídrico diario de cada especie, en el caso de los bovinos se incluyó el consumo para vacas en ordeñe por separado, como ya se mencionó en los aspectos metodológicos, el consumo de agua de los servicios aplicados no se incluye en la cuenta.  

En la gráfica 1 se presenta también la proporción de la energía consumida y de las emisiones de GEI para las tres actividades. En términos absolutos, la producción de leche fue la actividad con mayor consumo energético (47%), seguida por la cría de otros animales (principalmente aves y suinos) con una participación del 27% y en una proporción ligeramente menor la cría de ganado vacuno y ovino (26%).

Gráfica 1

Al realizarse la comparación de giga gramos de dióxido de carbono (CO2) equivalentes calculados utilizando la métrica GWP (Potencial de calentamiento global) se encontró que: la Cría de ganado vacuno fue responsable del 95% del total de las emisiones de la ganadería, seguida por la producción de leche (4,9%) y por la Cría de otros animales con una participación cercana al 0%. Por metodología se incluyen únicamente las emisiones directas de los animales, no se incluyen las emisiones indirectas ni las remociones.

La participación se explica por las emisiones de metano de los rumiantes fruto de la fermentación entérica, los valores de emisión fueron tomados de las estimaciones de los Inventarios de Gases de Efecto Invernadero (INGEI) en los que se diferencian los factores de emisión por especie, en el caso de los bovinos se diferencian además las emisiones de las vacas en ordeñe.

    2.2. Indicadores combinados y evolución del uso de recursos por parte de las actividades ganaderas.

       a) Uso del suelo

Se analizó el comportamiento del valor de producción de las actividades ganaderas y su relación con el uso del suelo[6], esta evolución se presenta tanto en pesos corrientes como en pesos constantes para descontar de los resultados el efecto de la inflación.

Como se observa en la Gráfica 2 el valor de producción de la ganadería por hectárea presentó un aumento sostenido pasando de 4.560 pesos corrientes en 2012 a 6.586 pesos corrientes en el 2018, lo que significó un incremento del 44%; aunque a precios constantes, el incremento fue solo de 8%. Cabe resaltar que, durante el periodo estudiado, el área destinada a las actividades ganaderas primarias no presentó variaciones importantes y ocupó cerca del 79% de la superficie nacional.

Gráfica 2

       b) Uso de agua

La intensidad de captación directa de agua azul, en m³ por unidad de valor agregado, tanto de la ganadería como de la economía en su conjunto para los años 2012 y 2019 se presenta en la gráfica 3.

En el año 2012 la ganadería utilizó 5,09 m3 de Agua Azul por cada mil pesos de valor agregado (corrientes), para el año 2019 la actividad se hizo menos intensiva ya que este valor se redujo a 3,6m3/1000$. Al hacer el análisis en pesos constantes el comportamiento se mantuvo pasando de 9m3/$1000 en 2012 a 8.5m3/$1000 en 2019.

Con base en las estadísticas sobre el consumo de Agua Azul de la Water Footprint Network (WFN) se estimó que en el 2019 en Uruguay la captación directa[7] alcanzó 919 millones de m3, los resultados de la CAE-Agro indicaron que en el mismo año la ganadería utilizó 212 millones de m3, un 24% del total nacional.

Gráfica 3

        c) Uso de energía

De la energía total demandada por el país en los años estudiados la ganadería usó en promedio el 1%. Dentro de la ganadería, los resultados de la CAE-Agro indicaron que el 59% provino de combustibles fósiles, el 25% de electricidad de fuentes renovables y el 19% de quema de biomasa principalmente madera.

Se evaluó la intensidad de uso de energía por unidad ganadera y/o por cabeza [8], en este caso se hizo un análisis por rubro y no por actividad económica. La cría de ganado bovino y ovino presentó una intensidad promedio de 0.038 TJ[9]/1000 unidades ganaderas, a continuación se encuentra la cría de suinos (0.112 TJ/1000 cabezas), y en tercer lugar la producción de aves (0.009 TJ/1000 cabezas).

Analizando el desempeño de las variables en el tiempo, se observa (Gráfica 4) que, tanto para la ganadería vacuna y ovina como para la producción de aves, el indicador presentó un aumento sostenido en el tiempo, pasando, en el caso de bovinos y ovinos de 0.033 TJ /1000 UG en 2012 a 0.046 TJ/UG en 2020, y en caso de aves de 0.006TJ/ cabeza en 2012 a 0.013TJ/cabeza en 2019.

Gráfica 4

 

En las gráficas 5a y 5b se presenta el comportamiento del consumo total de energía por parte de la cría de bovinos y ovinos y aves, junto con el comportamiento del stock de animales en cada caso[10]. Se puede apreciar que, para los dos casos, la energía total consumida aumentó año a año, el stock no acompañó esta tendencia, sino que mostró una reducción. De estas dos gráficas puede deducirse que uno de los factores que ocasiona el aumento de intensidad de uso de energía por unidad ganadera es la reducción en el stock ovino.

Gráfica 5

        d) Emisiones de Gases de Efecto Invernadero

Se analizó el comportamiento de la intensidad de emisiones de GEI por unidad de valor agregado producido por la actividad económica ganadera en su conjunto. En la gráfica 6 se muestra la evolución del indicador tanto en precios corrientes como en precios constantes de 2005.

La intensidad de emisiones de GEI por unidad de Valor Agregado en pesos corrientes se redujo considerablemente, pasando de 0,49 Gg de CO2-eq por millón de pesos en 2012 a 0.29 Gg de CO2-eq por millón de pesos en 2019, el mismo análisis en precios constantes mostró una reducción mínima en la intensidad, pasando de 0.88 a 0.85 Gg de CO2-eq por millón de pesos en el mismo periodo.

El resultado en precios podría indicar un desacople de las emisiones con la generación de valor agregado, sin embargo, el análisis a precios constantes corta la tendencia en el año 2019, aunque las emisiones de la ganadería se mantuvieron muy similares a las de los años anteriores, el bajo valor agregado de la ganadería en dicho año hizo que la intensidad del indicador aumentara. Se resalta que el dato de valor agregado de la ganadería en 2019 corresponde a información preliminar y que debe ser revisada por el BCU. 

Gráfica 6

En la gráfica 7 se presenta el indicador de intensidad de emisiones de GEI en kilogramos de CO2-eq por kilogramo de carne producida en peso vivo, como puede observarse, esta intensidad de emisiones comenzó a mostrar una disminución a partir del año 2014.

Este resultado, en conjunto con el presentado en la gráfica 6, muestra un aumento de la productividad de la ganadería con respecto a las emisiones, tanto en términos físicos como en términos monetarios. Esto es concordante con las metas nacionales al Acuerdo de Paris establecidas en la primer CND de Uruguay.

Con respecto al origen de las emisiones de la ganadería, los resultados de la CAE-Agro mostraron que la Cría de ganado de carne bovina de carne y leche fue responsable del 92% de las emisiones totales, seguida por la cría de ovinos (6%), la cría de la especie caballar (1%) y por último la cría de aves y de cerdos con participaciones menores al 1% cada una. El metano explica el 70% de las emisiones de la ganadería, lo que se transforma en valores de emisión muy altos en Gg de CO2-eq cuando se utiliza la métrica GWP AR2 100.

Gráfica 7

Fuente: Elaboración propia con base en indicador de la NDC[11].

 

       e) Uso de pesticidas y fertilizantes sintéticos

Se realizó una estimación del uso de pesticidas y fertilizantes sintéticos asignando coeficientes técnicos de uso por hectárea para cada producto con base en los resultados del estudio de Consumo Intermedio de las Actividades Agropecuarias (Campoy et al., 2018)[12]

Con base en las estimaciones de la CAE-Agro se determinó que en el año 2019 se aplicaron 1.170 toneladas de pesticidas[13] (agroquímicos)  para la producción de ganado bovino de carne y leche (cerca del 13% del total aplicado en el país), de estas, el 38% se usó en la producción de ganado bovino lechero y el 62% en la producción de ganado bovino de carne.

En la gráfica 8a) se presenta la intensidad de uso de pesticidas por tonelada de peso vivo , en la gráfica 8b) se presenta le uso de pesticidas en la cría de ganado bovino y el número de cabezas, en las mismas se observa que la producción de ganado bovino (carne y leche) tiene una tendencia a ser más intensiva en el uso de pesticidas, pasando de aplicar 0.057kg por cada tonelada de peso vivo en 2012 a 0.066 kg/ tonelada de peso vivo en 2019, lo que representa un incremento del 16%, en 2015 y 2016 se presenta una reducción de la intensidad que se explica por el alto nivel de producción de carne debido a un aumento del stock bovino.

Gráfica 8

Con respecto al uso de fertilizantes sintéticos, la producción de ganado bovino de carne y leche también muestra una a ser más intensiva en el uso de nutrientes por tonelada de carne en peso vivo (Gráfica 9), este comportamiento es similar para el nitrógeno, el fósforo y el potasio, sin embargo, el aumento se presenta más marcado para este último. De la misma manera como sucede con el uso de pesticidas, las reducciones en los años 2015 y 2015 se deben a un aumento del stock.

Gráfica 9

 

3. Conclusiones y consideraciones finales

La actividad primaria de la ganadería representa una parte importante del uso de los recursos naturales presentes en los ecosistemas del país, mientras que como actividad primaria representa una parte menor del PIB nacional.

Sin embargo, el aporte de la actividad ganadera en Uruguay no se limita al sector primario, ya que es un insumo importante para dos cadenas productivas dinámicas en el país: la cárnica y la láctea (responsables por el 4% y 3% del PIB respectivamente). Que la ganadería tenga un peso importante en el uso de los recursos naturales y en las emisiones de GEI hace necesario que se incorporen análisis de indicadores de sostenibilidad y de cómo se relaciona el desarrollo de la ganadería con el mantenimiento y provisión de servicios ecosistémicos.

Para evaluar la sostenibilidad de la actividad es necesario comparar los datos presentados con información sobre el stock de recursos naturales en el país, así como con información sobre la capacidad de captura de emisiones (para analizar, por ejemplo, el impacto del uso de fertilizantes y pesticidas en el suelo y/o en la calidad de los recursos hídricos).

Los resultados preliminares indican ganancias de eficiencia en el uso del suelo, Agua Azul y emisiones de GEI, adicionalmente, se observa que las tendencias en las variables estudiadas y su relación con la generación de valor agregado se mantienen tanto en valores constantes como en valores corrientes. Sin embargo, se observa una reducción en la eficiencia del uso de energía, fertilizantes y pesticidas, cuando esta se compara con la cantidad de cabezas.

4. Bibliografía

Oficina de Estadísticas Agropecuarias (DIEA-MGAP) (2020). Anuario Estadístico Agropecuario. Montevideo, MGAP.

Campoy, D. Bervejillo, J. Rava, C. y Gorga, L. (2018). Consumo intermedio de las actividades agropecuarias, 62p.

Banco Central del Uruguay, Cuentas Nacionales (2020), Montevideo, BCU.

Banco Central del Uruguay, Cuentas Nacionales (2019), Montevideo, BCU.

FAO y ONU (2020). System of Environmental-Economic Accounting for Agriculture, Forestry and Fisheries (SEEA AFF). Roma.

Waterfootprint network (WFN 2020) National Water footprint statistics, disponible en https://waterfootprint.org/en/resources/waterstat/

Instituto Nacional de Carnes (2020), Anuario Estadístico, Montevideo, INAC

SNRCC (2017). Primera Contribución Determinada a nivel Nacional al Acuerdo de París. República Oriental del Uruguay. Noviembre de 2017.

Ministerio de Industria, Energía y Minería de Uruguay (2020), Balance Energético Nacional, Montevideo, MIEM.

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[1] Ing. Agrícola, MSc. Ciencias de la atmósfera, Técnica de (OPYPA)nroman@mgap.gub.uy

[2] Doctorado en economía, consultora senior para Cuentas Ambientales (OPYPA), jcoelho@mgap.gub.uy

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[3] n.c.p : no comprendidos previamente .

[4] Se incluye todo el rodeo de vacas destinadas a la producción de leche.

[5] Agua Azul: disponible en cuerpos de agua superficiales y subterráneos.

[6] Para determinar los usos de suelo se tomaron las declaraciones juradas de DICOSE e información presentada en los Anuarios Estadísticos de DIEA.

[7] Agua tomada directamente de fuentes superficiales o subterráneas, que no pasa por intermediación antes de ser consumida.

[8] Los indicadores de intensidad de uso de recursos se estiman por cabeza de animal de acuerdo con la metodología del SCAE, sin embargo, se recomienda complementar los indicadores con análisis de intensidad por kilogramos de carne en peso vivo para dar una visión más completa.

[9] TJ : Tera Joules, unidad de energía equivalente a 23 toneladas equivalentes de petróleo.

[10]Se suma el número de cabezas de ganadería vacuna y ovina.

[11] Contribución Nacional Determinada a nivel Nacional al Acuerdo de París.

[12] Los cálculos realizados pueden consultarse en el informe metodológico de la CAE-Agro.

[13] Las toneladas aplicadas se calculan por ingrediente activo y no por fórmula comercial.

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