7.3 Atributos del nuevo régimen
El nuevo sistema de seguridad social establece las bases para la convergencia hacia un sistema único, en el que cada peso aportado en cada uno de los subsistemas redunde en un mismo beneficio, lo que supone un avance muy relevante en términos de equidad intrageneracional. Sin perjuicio de ello, se reconoce la existencia de situaciones de excepción, que fundamentan tratamientos también de excepción.
Por otra parte, las modificaciones permitirán mantener los elevados niveles de cobertura poblacional que caracterizan a nuestro sistema previsional, tanto en la etapa activa como en la pasiva.
En lo que refiere a la suficiencia de los beneficios, el diseño del nuevo régimen asociado a la necesaria extensión de la vida laboral, permitirá mantener niveles de beneficios similares y, en algunos casos, incluso superiores a los vigentes, lo que permitirá niveles de reemplazo en la vejez consistentes con los de aquellos países con sistemas de protección social más potentes.
Asimismo, la nueva arquitectura permitirá una mayor focalización de los subsidios implícitos en las jubilaciones del régimen de reparto, lo que contribuirá a un mejor desempeño del sistema en materia distributiva. A su vez, la reforma crea un suplemento para garantizar un Ingreso Mínimo que tendrá impactos positivos en materia de incentivos, en la medida que asegura que cada peso aportado a la seguridad social influya en la prestación final.
Finalmente, desde el punto de vista de la sustentabilidad, la reforma tiene el atributo de frenar la tendencia creciente del nivel del gasto y mantenerlo en el largo plazo en niveles estables para las finanzas públicas. Este aspecto es central desde el punto de vista de la justicia entre generaciones, evitando una carga desproporcionadamente alta sobre los trabajadores en actividad en las próximas décadas.