9.4 Energía
Durante 2022, las inversiones en infraestructura energética alcanzaron los US$ 303 millones. En el sistema eléctrico las obras totalizaron US$ 284 millones, acumulando US$ 705 millones en el período 2020-2022, un 52% de lo previsto en el plan para dicho sector en este período de gobierno (US$ 1.367 millones).
Casi la mitad de las inversiones realizadas por la Administración Nacional de Usinas y Trasmisiones Eléctricas (UTE) se concentraron en obras de distribución que se localizaron en el interior del país y en menor medida en Montevideo, y comprenden la incorporación de equipos de transporte, informáticos y de comunicación, instrumentos de medida, etc., destinados a cumplir con las solicitudes de conexión de nuevos clientes, mejorar las instalaciones y ampliar y automatizar las operaciones.
En lo que refiera a transmisión, se continuó con la ampliación de la capacidad y la renovación de la red. En el sector comercial, se avanzó en los proyectos: eficiencia energética, comercial Montevideo y comercial interior. Como en años anteriores, se priorizó la instalación de medidores inteligentes que permiten obtener los datos de utilización de recursos con mejor precisión y menores costos y brindan la posibilidad de ofrecer al cliente nuevos productos y servicios para una eficiente utilización de la energía.
El monto de inversión previsto para el período 2023-2024 a cargo de UTE asciende a US$ 489 millones[1]. La mayor parte de estos recursos se destinarán a la distribución de energía eléctrica a los efectos de renovar y extender la infraestructura y continuar fortaleciendo la digitalización. En el área de generación, se prevén inversiones en mantenimiento de las centrales térmicas e hidráulicas, principalmente en la renovación de Baygorria, mientras que en el área comercial y otros se continuará con el plan de instalación de medidores inteligentes y equipamiento en general.
En lo que respecta a la trasmisión eléctrica, a las inversiones realizadas directamente por UTE se adicionarán dos proyectos importantes que se encuentran en ejecución bajo las modalidades de fideicomiso financiero y leasing operativo. En primer lugar, la obra de cierre del anillo de trasmisión del norte del país por un monto del entorno de US$ 220 millones, que consiste en una línea de 500 kV, una estación que unirá Tacuarembó y Salto y dos líneas de trasmisión de 150kV con estaciones existentes. Esta obra permitirá mejorar la confiabilidad y seguridad del sistema eléctrico, al tiempo que optimizará las condiciones para la exportación de energía e interconexión con países vecinos y posibilitará que nuevos emprendimientos industriales se instalen en el país. En segundo lugar, en la localidad de Cardal la empresa privada adjudicataria del leasing se encuentra en la fase de construcción de una línea de 500 kV, una línea de 150 kV y una estación de alta tensión por un monto total del orden de los US$ 60 millones. En 2022 la ejecución de las inversiones en ambos proyectos totalizó US$ 46 millones.
Finalmente, las inversiones en energía a cargo de la Administración Nacional de Combustibles, Alcohol y Portland (ANCAP) alcanzaron los US$ 19 millones en 2022. Para 2023 y 2024 se prevé la realización de obras en las unidades de proceso, dentro de las que se destaca el monto destinado a la parada técnica que se realizará en el último cuatrimestre de este año para el mantenimiento de la refinería de la Teja[2].