La experiencia del Cecap Las Piedras
“Reconocer, en los miedos, una posibilidad para la transformación”
Período de acompañamiento: setiembre 2019 - mayo 2020
El Cecap de Las Piedras cuenta con antecedentes de trabajo con personas con discapacidad, derivadas principalmente de la Escuela Especial Nº 192 de la ciudad. En palabras del equipo, el Cecap es un “centro educativo en el cual apoyarse para lograr la continuidad educativa de estos adolescentes”.
Esta realidad del territorio generó que el equipo educativo ensayase estrategias y compromisos por la inclusión, aún reconociendo sus necesidades de formación específica en Educación Inclusiva. En particular, identifica una situación emblemática en el ingreso de un estudiante usuario de silla de ruedas, poco antes de iniciar el acompañamiento. Esta circunstancia constituyó un desafío para el equipo ya que, en materia edilicia, el Cecap Las Piedras no cuenta con condiciones de accesibilidad física plenas. En ese entonces, se adoptaron medidas provisorias, como la instalación de una rampa de material en el acceso al centro, que con el paso del tiempo se transformó en permanente. Otras barreras físicas, como la falta de baños accesibles, aún se mantienen. Esta situación inicial dinamizó el trabajo conjunto entre el Cecap y el proyecto AIT en los primeros encuentros.
Al comienzo de la intervención, el clima general era de mucha expectativa debido a la intención del equipo de obtener “herramientas para la tarea diaria e intervenciones futuras desde un lugar de seguridad y efectividad”.
La metodología de trabajo se apoyó inicialmente en la realización de encuentros presenciales y semanales, con un espacio específico en las reuniones de coordinación para problematizar los conceptos de discapacidad, diversidad e inclusión junto a todo el equipo educativo. Simultáneamente, se realizó un trabajo más personalizado con aquellas educadoras que tenían interés especial en la temática.
A partir de marzo de 2020, la metodología de trabajo se volvió exclusivamente virtual debido a la emergencia sanitaria. Esta circunstancia no impidió trabajar en base a preguntas y reflexiones sobre las prácticas, o recomendar lecturas específicas, algo destacado por el equipo docente, que valoró “la posibilidad que supuso pensar en conjunto sobre las temáticas”.
Como principales innovaciones surgidas a partir del acompañamiento, el equipo educativo destaca los aportes conceptuales recibidos sobre discapacidad e inclusión, especialmente al planificar y desarrollar la actividad Cecap Boo. Se trata de un encuentro que se realiza en la institución desde hace años y tiene como principal motivo festejar Halloween y trabajar sobre los miedos. Desde el diálogo y la construcción conjunta, la articuladora participó en las fases de diseño, desarrollo y evaluación de esta actividad, proponiendo una actividad lúdica destinada a problematizar que “todos somos diferentes”. Además, se impulsó un recorrido multisensorial y colaborativo por el centro, con el fin de fortalecer actitudes de empatía frente a las diferencias.
Todo el trabajo conjunto fue sostenido por espacios de intercambio fluido con el equipo educativo del Cecap. Estas instancias tuvieron la finalidad de evidenciar la presencia de nociones asociadas a inclusión, accesibilidad y discapacidad en los talleres dictados y en el Plan de Centro. Como resultado, el equipo reconoció que el trabajo de la articuladora generó una mayor apertura al cambio por parte de los educadores y las educadoras, contribuyendo a “ser permeables para modificar lo necesario tanto en las planificaciones por área, como en la intención educativa y el equipo docente”.
Finalmente, el equipo educativo identificó aportes significativos que el Proyecto AIT realizó a su propuesta educativa, especialmente potenciando la bienvenida del estudiantado y sus familias al Centro. Para esto, se trabajó con las educadoras referentes ampliando la batería de preguntas que se emplean en las entrevistas de ingreso, incorporando recursos sobre accesibilidad en la comunicación e información, e incrementando el cuidado hacia la terminología utilizada para referir a la discapacidad.
Con respecto a la articulación interinstitucional, durante el proceso de acompañamiento se activó la participación mensual del Cecap en la “Red de Discapacidad del Eje Ruta 5” y se profundizó el abordaje de la discapacidad en el Nodo Educativo de la zona. La participación en la Red posibilitó la asistencia del Cecap en la Feria de Discapacidad, lo cual permitió socializar un mapeo de recursos territoriales vinculados a la inclusión, que quedó disponible en el Cecap. Junto a las demás instituciones, además, se abordaron situaciones de ingreso y proyección educativa de estudiantes, así como la potencialidad de las tutorías entre pares. También son dignas de mencionarse las articulaciones realizadas con diversas instituciones para la atención de casos específicos.
El perfil de la articuladora es un elemento relevante en la metodología AIT. En este caso, el equipo educativo destacó la calidez, el respeto y la capacidad de escucha demostrada por ella: “el saber técnico, la experiencia y el bagaje fueron compartidos con todo el equipo a partir de las necesidades contextuales”. También señalaron que la forma de acercamiento fue progresiva “hasta lograr una participación activa y propositiva en actividades del centro”.
En la evaluación final del proceso, el equipo educativo reconoció que el tiempo de trabajo le resultó insuficiente, debido a las situaciones emergentes de la pandemia del COVID-19, y también que la realización de jornadas formativas abiertas quedó pendiente.
En la misma instancia de evaluación, el equipo identificó desafíos a abordar: “visualizamos como desafío, mantener en nuestras planificaciones los contenidos trabajados hasta ese momento. Afinar los aspectos a tener en cuenta en las entrevistas de ingreso y trabajarlo en función de las estrategias de aula que den cuenta de la inclusión. Nos planteamos sostener un espíritu crítico y reflexivo que nos convoca tanto en esta como en otras temáticas que desafían la educación en la actualidad”.
En suma, se aprecia que la intervención impactó positivamente en las prácticas cotidianas, especialmente en las planificaciones y en una cultura de mayor apertura para recibir adolescentes diversos. En palabras del equipo educativo: ”se realizaron ajustes a la ficha de ingreso, realizamos una actividad con estudiantes para un grupo de niños sordos y reestructuramos carteleras de la institución para que fueran accesibles”. Estas acciones e impactos, lograron que “a raíz de esta experiencia, en los planes anuales del centro intentamos representar la inclusión educativa”.