Sofía Fernández
¡Muy buenas! ¿Cómo están? Esperamos que muy bien. Nos encontramos en una nueva edición de Molinos Virtuales en Con Estilo 47; en este nuevo programa trataremos Inclusión, Movilidad y Accesibilidad. El día de hoy entrevistaremos a Sofía Fernández. Sofía es mujer no vidente, hace poesía y está estudiando para ser profesora de música.
¿Qué te motiva a estudiar profesorado de música?
Lo que me motiva a estudiar profesorado de Música es que creo que la música es una herramienta muy poderosa de transformación de la realidad y también un vehículo para fortalecer el contacto con nuestra sensibilidad. Y bueno, es a eso a lo que me quiero dedicar. Pero no a una carrera musical, sino dar herramientas para que otros puedan acercarse a la música. Porque, bueno, también confío en su capacidad para transformar la realidad individual de cada uno.
Sabemos que formas parte del proyecto En el camino de los perros, contanos, ¿En qué consiste dicho proyecto?
El proyecto En el Camino de los Perros es una antología virtual de poetas ultrajóvenes, uruguayos, uruguayas. Bueno, tiene, en verdad, varias líneas de trabajo, porque además de difundir la poesía de estos autores, también tiende a la aproximación de los adolescentes a la escritura de la poesía. Entonces también tiene como una línea de talleres en los que los integrantes el proyecto van, por ejemplo, a hacer talleres en liceos. Bueno, es un proyecto de trabajo voluntario que además es muy valioso, porque quienes fuimos publicados allí recibimos devoluciones, sugerencias de otros integrantes del proyecto antes de la publicación de poemas. Entonces también nos lleva como a pensar desde otro lado, desde otra óptica, en nuestra propia escritura. Así que es un proyecto muy valioso.
¿Por qué comenzaste a escribir?
No sabría muy bien decir porqué. Porque la primera vez que lo hice fue en el marco de un taller de literatura que en verdad no era de poesía, sino de relato. Cuando yo tenía 15 años y después, de alguna forma, ya como que tomé esa herramienta y creo que la poesía surgió como de una necesidad de catarsis, como algo personal. Más que decir —bueno, voy a escribir poesía— fue como que solo surgió.
¿Cómo definirías a tu poesía?
Bueno, es bastante desafiante esto de definir mi propia poesía. Pero creo que es una poesía que, en cuanto a formas, es bastante libre. Si bien tengo alguna cosa más ceñida a alguna estructura más formal. Y en cuanto a contenido, creo que es bastante variado. Como que aparecen varios temas distintos y también como formas muy distintas o miradas muy distintas desde las que los abordo, creo que también me cuesta un poco definir mi poesía, porque como generalmente es eso, más bien un ejercicio de catarsis. En eso siento que es difícil de definir porque ha nacido de muchas situaciones distintas.
¿Qué lugar ocupa la escritura en tu vida?
La escritura de mi vida, bueno, la escritura de poesía en particular, ocupa un lugar muy liberador. Lo que suelo sentir es que a veces las distintas experiencias que vivo van acumulándose dentro y de repente llegan como a un lugar de maduración. En él como que se cristalizan y así es que salen en forma de poesía. En este momento hace bastante tiempo que no escribo, estoy como con un bloqueo creativo que espero que pase pronto porque me gustaría mucho seguir escribiendo. Así que bueno, esperando ese momento. Creo que el contexto de pandemia y de tanto encierro no está ayudando mucho. Pero bueno, ya veremos.
A la hora de escribir en que te basas, es decir, ¿Qué te inspira?
Creo que ya respondía un poco en la pregunta anterior, pero no suelen inspirarme como mis propias situaciones personales, sino como lo que veo en mi afuera, en mi entorno. Generalmente es eso, es como un conjunto de cosas que me van sensibilizando, que me van generando reflexiones y que todo eso va juntándose, tomando forma y volviéndose poesía.
¿Cómo crees tú que es la accesibilidad en la ciudad? ¿Te ha traído algún tipo de problema?
Bueno, la accesibilidad de la ciudad es bastante difícil, porque no está pensada para ser habitada por cuerpos no hegemónicos como los de las personas con discapacidad. Entonces creo que de allí se desprenden muchísimos problemas, desde la falta de rampas en el transporte colectivo o en las esquinas que impiden el acceso de las personas con discapacidad motriz, hasta, por ejemplo, la mala señalización de las obras en las calles, la obstrucción de las veredas con vehículos, los contadores de luz que sobresalen de las columnas, pero que no están señalizados a nivel del piso y que el bastón que utilizamos las personas ciegas no los detecta, la falta de señales sonoras en los semáforos que nos impide cruzar solos o solas la calle. Bueno, y algunas otras cuestiones más de tipo actitudinal o de falta de información de las personas hacen que realmente sea a veces difícil transitar por la ciudad. A mí, en particular, no es algo que me frene en mi cotidianeidad, pero por suerte he podido adquirir herramientas y experiencias que me ayudan a sortear estas situaciones y porque, además, si bien no vivo en el centro de Montevideo, tampoco habito en un lugar donde —sobre todo en la periferia de la ciudad— los problemas de accesibilidad son mucho más notorios. Entonces, por suerte, en mi caso no resulta un impedimento, pero realmente para muchísimas personas con distintas discapacidades sí les resulta.
¿De qué trató el concurso de PRONADIS?
Bueno, para poner un poco en contexto... el Programa Nacional de Discapacidad, que depende del Ministerio de Desarrollo Social, a fines del año pasado lanzó un concurso abierto a personas con y sin discapacidad y en distintas categorías. Solicitaba el envío de obras que estuvieran relacionadas con la inclusión. Ese concurso, a varias personas vinculadas al ámbito artístico y, a la vez, al ámbito de la discapacidad, les llamó mucho la atención por la poca claridad y especificidad de las bases, por las pocas pautas que se daban al respecto de los contenidos a enviar y también porque lo que se pedía eran productos que después iban a ser difundidos en las redes del programa. Pero a cambio no se brindaba nada que ayudara a esos artistas a desarrollar su arte justamente, sino que simplemente se brindaban premios que no tenían nada que ver, como vales para compras en supermercados o comida o cosas así. Entonces con este grupo de personas expresamos públicamente nuestro desacuerdo con que se abordaran de esa forma las temáticas de arte e inclusión, ya que por lo general los concursos de corte artístico tienen justamente como fin el promover esas manifestaciones artísticas y no solo difundirlas en una red social sin darles un apoyo no real y que les permitiera seguir desarrollándose. Eso, entre otras cosas.
Cuando hablamos de movilidad, ¿cómo te trasladas tú de un lugar a otro? ¿Tienes un perro guía o tienes un bastón?
Yo utilizó un bastón siempre. Porque, bueno, no estoy muy de acuerdo con el uso de perros guías, si bien respeto claramente a los usuarios y usuarias de perros guía, pienso que no es una alternativa muy segura y además que no es respetuoso para los animales ese tipo de uso, entre comillas, por parte de los humanos. Así que prefiero no utilizarlo.
Bueno. Y por último, ¿Puedes dejar mensaje para aquellas personas que se les presente algún tipo de dificultad en su vida?
Bueno, yo creo que cada situación particular tiene una complejidad que desde afuera es muy difícil abarcar, entonces me cuesta un poco dar un mensaje general, pero tal vez decir que es importante que logremos colectivizar los problemas, las dificultades, no quedarnos solas, solos con lo que nos pasa, encontrar la forma de apoyarnos en los demás, para buscar también soluciones colectivas a los problemas y promover la construcción de vínculos más solidarios, de más involucramiento mutuo hacia la vida de los demás. Para romper un poco con el individualismo que a veces nos deja un poco solas y solos con las dificultades que enfrentamos.
Y así hemos llegado al final de una nueva entrega, esperando siempre que haya sido de su agrado. Gracias a Sofía Fernández que nos concedió la entrevista y nos informó con tanta claridad las Voces de Molinos Virtuales. Alumnos de tercer año del Liceo N.° 1 de Sauce y Liceo N.° 67 de Piedras Blancas, se despiden Con Estilo 47, hasta la próxima semana, donde profundizaremos sobre movilidad y accesibilidad. Estudiamos desde casa.