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Elina Berro

Elina Berro. Archivo familiar, s/d.

Elina Berro. Archivo familiar, s/d.

 

En el marco de los centenarios de Elina Berro y Jorge Scheck, el INLET y el Museo Histórico Nacional, con el apoyo de la Biblioteca Nacional, organizan la muestra La risa escrita: Mónica y Los lobizones. A partir de estos dos referentes ineludibles de la escritura humorística en Uruguay, la exhibición recorre las distintas modalidades del humor nacional durante la segunda mitad del siglo XX y los pone en diálogo con artistas y creadores contemporáneos. En esta sección, compartimos con ustedes uno de los textos sobre Elina Berro que forman parte de la muestra.

Se podrá visitar la exhibición en la Casa Rivera (Rincón 437) desde el 8 de diciembre de 2023 hasta el 30 de abril de 2024.

 

Elina Berro (1923-1971) fue la única mujer en una generación de escritores y periodistas que durante los 50 y 60 le dieron forma al humor nacional y que al mismo tiempo ayudaron a configurar la idiosincrasia de la sociedad uruguaya. Se inició en el humor en La Gaceta Sideral y en la revista Lunes, ambas vinculadas al diario El País. Se integró a la redacción de Peloduro cuando la revista inauguraba su tercera época, y luego pasó al semanario Marcha y la revista Misia Dura. Firmaba sus escritos con el seudónimo Mónica, pero también utilizó Elinita Laitue, Carmencita Paque Vea, Cuca Linares y Talu-llah. Publicó los libros Mónica por Mónica (1967) y Mónicas prontas de seguridad (1968).

Su humor se centra en una parodia de los comportamientos, intereses y frivolidades de una alta burguesía de la que ella había formado parte. Elina nació en Buenos Aires, en el seno de una familia patricia de Montevideo, y era bisnieta de Bernardo Berro, quien fue presidente del Uruguay entre 1860 y 1864. 

Junto al personaje de Mónica, estaban su marido Macoco, su amiga Bobbie y su amigo Terencio. Su mundo está compuesto por ricos que casi siempre están de juerga, aunque el tedio los lleva a lugares absurdos como trabajar en el Palacio Legislativo coqueteando con la política, manejar un taxi, o debutar como actores en telenovelas populares. Siempre, buscando la novelería y el hecho de estar in. En el conjunto de su obra, Elina se ríe del cuerpo diplomático y su predilección por el alcohol, se burla de la vacuidad de la realeza que visita Uruguay, de los ágapes, de la irresponsabilidad de los políticos, del incomprensible teatro de vanguardia, de los eventos literarios y los literatos, de la cultura afrancesada, de las nuevas tendencias, de la predilección por lo viejo y rústico como factor distintivo de la elite y, por supuesto, de la coyuntura política de la época, de las Medidas Prontas de Seguridad o las detracciones impuestas por el gobierno de Jorge Pacheco Areco. 

Elina Berro fue también vestuarista para el Club de Teatro, diseñadora de ropa, cronista de modas y editora de suplementos femeninos. Además, participó de la fundación del semanario Sur, una publicación de apoyo al Frente Amplio. Falleció en 1971 a los 47 años, días antes del estreno de la obra teatral “Mónica pone el hombro”, dirigida por César Campodónico. Dicen que desde el hospital escribió sus últimas columnas publicadas en el semanario Marcha. 

 

 

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