e r m : revista de periodismo cultural

Sobre la obra de Alejandro Cruz, Legado


Ángela Alvez interpretando «Strange Fruit». Fotografía Ana Borde.

Por Andrea Risso

En el mes de junio de 2023, tuve la oportunidad de visitar la obra Legado de Alejandro Cruz en el Museo Histórico Cabildo, por la invitación realizada a través del Taller Decolonial Musso, del cual soy estudiante, de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de la República. La obra es una trilogía conformada por «Requiem por Mariquita y Encarnación», «Legado cenizas» y «Legado canto» y aborda múltiples temas a través de varias capas.

Desde mi punto de vista, ya de por sí el hecho de que la obra estuviese situada en el Museo Histórico Cabildo constituye una declaración, puesto que es una institución cimental de la narrativa del Estado nación, cargada de colonialidad en lo invisible y en lo visible. El espacio donde se encontraba la obra de Alejandro en ese momento es un lugar que la potencia por su tensión en oposición. Es un lugar semioscuro, de paredes anchas, pisos de piedra, techos altos, aberturas sólidas de madera. La obra dialoga con el espacio, dado que consiste en varias estaciones que también están en constelación entre sí. Los dispositivos hacen pensar sobre lo real y lo ficticio.

«Legado canto»

Al ingresar al espacio, lo primero que encontramos de frente es un micrófono sobre un pequeño escenario con una pantalla de karaoke. Este dispositivo desconcertante disrumpe con la solemnidad del lugar y del tema. Asimismo, hace tomar conciencia de cierta obscenidad sobre el divertimento a costa de la sensibilidad e incluso del sufrimiento que produce la opresión. En nuestras vidas, cantamos canciones con todo tipo de letras violentas y opresoras e incluso disfrutamos y nos divertimos con eso. El dispositivo dialoga con una proyección audiovisual que se encuentra de espaldas y que es imposible de ignorar para cantar la pieza: en ella, está Ángela Alves, una cantante uruguaya, interpretando una canción cuya letra es profundamente triste (Strange Fruit, Abel Meeropol, 1939), ya que trata de los cuerpos negros que cuelgan de los árboles en el marco del racismo en el sur de Estados Unidos. Esta producción parece un registro real. Lo hace sobre el mismo escenario que ahora nos invita al canto.

«Requiem por Mariquita y Encarnación»

Mariquita y Encarnación fueron dos mujeres afro víctimas de linchamiento en la plaza Matriz (frente al Cabildo). La urna creada para recordarlas es igual a la de José Artigas en el Mausoleo. Artigas fue visto como un héroe por luchar contra el yugo opresor; sin embargo, Mariquita y Encarnación fueron asesinadas por rebelarse ante el mismo yugo. La urna parece formar parte del acervo del Museo Histórico Cabildo, como si fuera parte de la sala misma. La ubicación se hace protagonista, ya que nos encontramos frente al espacio donde ocurrió el crimen, aunque en otro tiempo.

«Legado cenizas»

Dos vitrinas con diferentes objetos —una con cubiertos de plata y otra con una servilleta de tela con cenizas encima— se articulan con una composición audiovisual en la que una señora afro frota los cubiertos con la ceniza, una actividad antiguamente asignada a la llamada servidumbre y que se enseñaba de generación en generación. Está en una mesa de comedor, destinada a compartir comidas, pero ella solo puede utilizarla cuando realiza esta tarea. Las cenizas son de una mujer afro.

En conclusión, la obra de Alejandro nos invita a mirar desde varios puntos de vista un eje de opresión, racismo y colonialidad sobre el que necesitamos seguir reflexionando y generando conciencia como sociedad.

 

Fruta extraña

Los árboles del sur dan una fruta extraña,

tienen sangre en las hojas y las raíces sangran.

Cuerpos negros en la brisa del sur se mecen,

una fruta extraña de los álamos pende.

 

Paisaje bucólico del sur gallardo:

las bocas torcidas, ojos desorbitados.

Frescas magnolias dulces y fragantes

y el repentino olor a carne que arde.

 

Es una fruta para que arranquen los cuervos

para que junte la lluvia y que se la chupe el viento,

para que la pudra el sol y la suelten las ramas;

esta es una cosecha extraña y amarga.

 

Traducción de H.Q. para INLET.

 

Strange Fruit

Southern trees bear a strange fruit

Blood on the leaves and blood at the root

Black bodies swinging in the southern breeze

Strange fruit hanging from the poplar trees

 

Pastoral scene of the gallant south

The bulging eyes and the twisted mouth

Scent of magnolias, sweet and fresh

Then the sudden smell of burning flesh

 

Here is a fruit for the crows to pluck

For the rain to gather, for the wind to suck

For the Sun to rot, for the trees to drop

Here is a strange and bitter crop

 

Abel Meeropol

 


Fotografía de Ana Borde


Fotografía de Ana Borde


Fotografía de Ana Borde


Fotografía de Ana Borde

 

 

Andrea Valentina Risso Centurión (Montevideo, 1989) es artista y escritora. Estudió Letras y Bellas Artes en la Universidad de la República. Su experiencia de vida en Dubái, donde residió por cinco años, ha sido clave en su desarrollo artístico y plasmada en su obra Sounbulah (2024). Comprometida con la expresión femenina en el arte urbano, fundó el colectivo Mujeres que Pintamos. Además, su trayectoria como muralista y gestora de proyectos artísticos incluye la creación de la Revista Graff (2019), dedicada a la difusión del grafiti. Actualmente, combina su trabajo como artista con la labor de tallerista en artes plásticas.

 

 

Volver a la revista

Etiquetas