Anuario de OPYPA 2022

Huella de carbono parcial de la lechería uruguaya

Juan Baraldo

Laura Astigarraga

Nicolás Costa

Alejandro La Manna

Ernesto Triñanes

Este artículo presenta la metodología y los resultados de la huella de carbono parcial de la lechería uruguaya, estimada a partir de datos de la Encuesta Lechera del ejercicio 2019. Para los tambos remitentes del país, la huella promedio es de 0,986 kg CO2eq/kg de leche, con un rango que abarca desde 0,883 a 1,387 kg CO2eq./kg de leche. Este resultado coloca a la lechería uruguaya en una posición favorable en una perspectiva internacional.

 

  1. Motivación y contexto

La responsabilidad de la producción ganadera en términos de su contribución al total de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), es un tema que en la última década se ha instalado en la agenda global.

A nivel mundial, las emisiones de GEI del sector agropecuario explican el 18,4% de las emisiones totales, mientras que 81,6% de las emisiones provienen de otros sectores no agropecuarios (Ritchie, Roser y otros, 2020).

Sin embargo, Uruguay presenta un perfil particular en cuanto a sus emisiones, donde las proporciones sectoriales se invierten respecto a la referencia internacional; es así que el peso de del sector agropecuario en el Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero (INGEI) del año 2019 es del 73% (SNRCC, 2021). Por su parte, la lechería representa aproximadamente un 6% de las emisiones nacionales brutas de acuerdo a estimaciones basadas en el INGEI 20197.

En ese contexto, para su primera Contribución Nacionalmente Determinada al Acuerdo de París sobre Cambio Climático, Uruguay presentó en 2017, metas específicas sobre reducción de la intensidad de sus emisiones de metano y de óxido nitroso generado en la actividad de ganadería de carne, en relación al total de carne producida (SNRCC, 2017).

Se plantea entonces un desafío para la producción ganadera de carne y leche uruguaya, que debe responder a la opinión pública nacional e internacional sobre bases cientificas, con evidencia clara y transparente.

Como contracara del desafío mencionado, mostrar el desempeño ambiental de los sistemas productivos uruguayos podría proporcionar una oportunidad, al contribuir a proveer bienes diferenciados ante una demanda de consumo crecientemente sofisticada y exigente respecto a los atributos de proceso por detrás de los alimentos.

Por lo tanto, disponerdemedicionessistemáticasyobjetivasseperfilacomopuntoestratégico para cumplir con requerimientos internacionales futuros, presumiblemente obligatorios (o con condiciones cuyo incumplimiento, en los hechos, resulte en un impedimento comercial); o incluso con requerimientos actuales que se manifiestan como estándares voluntarios por grupos de compradores (cadenas de supermercados, restaurantes, u hoteles).

Desde otro ángulo, el diseño de políticas productivas y ambientales robustas, debe fundarse sobre bases de conocimiento sólidas e informadas en evidencia.

En respuesta a estas consideraciones contextuales, y a este marco de desafíos, el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, el Ministerio de Ambiente, el Instituto Nacional de la Leche, el Instituto Nacional de Carnes, el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria, y por la Universidad de la República, formaron un grupo técnico encomendado con la tarea de medir la huella ambiental de la ganadería de carne y leche del Uruguay. El trabajo que se presenta en este articulo es componente tributario de ese ambicioso esfuerzo (Grupo Interinstitucional de la Huella Ambiental Ganadera, 2022).

Por su relevancia en términos de inserción comercial, y de sustentabilidad de los agro ecosistemas, este proyecto se alinea coherentemente bajo el marco de la Estrategia Nacional de Desarrollo Agropecuario (SENDA).

Teniendo presente que la dimensión atmosférica, esto es, los aspectos referidos al calentamiento global y a la emisión de GEI, no es la única, ni es la más importante de las dimensiones ambientales a considerar a la hora de informar el desempeño ambiental de  la producción ganadera de carne y leche, y que un abordaje integral no debe aislarse de otros aspectos ambientales interrelacionados, en concreto las dimensiones suelo, agua y biodiversidad, el aporte de este trabajo se concentra en determinar la huella de gases de efecto invernadero de la producción lechera nacional.

 

2. Metodología

 

Esta sección describe los aspectos metodológicos, los supuestos y criterios adoptados, así como los datos utilizados en la estimación de la huella de carbono parcial de la lechería uruguaya.

 

2.1 Enfoque de ciclo de vida

Se utilizó un enfoque de ciclo de vida parcial que permite dar cuenta de todos los procesos, insumos, y productos involucrados en la secuencia de etapas de la elaboración de un producto o del funcionamiento de un sistema de producción, dentro de una determinada delimitación del sistema, debidamente definida con base en los objetivos de estudio de cada caso. En el presente estudio, se delimitó el sistema desde la “cuna” hasta la portera del predio. Por esta razón, se trata de una huella parcial que refleja las emisiones de las etapas primarias de la producción de leche (IDF, 2015;  LEAP, 2015).

La forma concreta del indicador denominado huella de carbono, es el cociente entre el total de emisiones de GEI estimada bajo la concepción de ciclo de vida, en términos de kilogramos de CO2 equivalente, respecto al total de leche producida, en términos de kilogramos de leche.

 

2.2 Datos

Todos los datos utilizados en la estimación de la huella de carbono surgen de la Encuesta Lechera de INALE-MGAP 2019 que abarca el ejercicio 2018-2019, donde se relevó información de una muestra de 358 productores remitentes y queseros, representativa de la lechería comercial uruguaya. Para este trabajo se consideró únicamente los productores lecheros remitentes a la industria8. De esta forma, los queseros quedaron excluidos de la estimación9 .

La encuesta cubre información detallada relativa al rodeo lechero, a la producción, a la reproducción y recría, al uso del suelo y la tecnología forrajera y de cultivos, a la compra de alimentos y suplementos, y a la infraestructura de ordeñe y de gestión de efluentes, entre otros aspectos informativos (INALE, 2021).

Se utilizaron datos a escala individual. Sin embargo, para la presentación y comunicación de los resultados, se utilizó la información agrupando por modelo de establecimiento lechero (INALE, 2022).

Los modelos lecheros son una forma de estratificación de los establecimientos remitentes, en donde la primera variable de agrupación es la escala del establecimiento (medida como producción total de leche), y dentro de cada estrato de escala, se segmenta según el nivel de productividad del establecimiento respecto a la mediana del estrato, donde la productividad es medida como litros de leche por hectárea vaca masa.

El Cuadro 1 presenta algunas estadísticas descriptivas de la lechería comercial de acuerdo a la encuesta 2019. La información se presenta agrupada por los modelos arriba definidos, al tiempo que se detallan los rangos y umbrales que determinan dichos modelos.

 

Cuadro 1. Encuesta Lechera 2019. Estadísticas descriptivas por modelo lechero

 

Mode INALE

Descripción: litros totales y litros / haVM

Tambos

Producción leche (litros/año)

Vacas Ordeñe (cabezas)

Carga (VM/ha VM)

Productividad (L/ha VM)

M1

<142.000

426

83.492

23

0,92

2.441

M2B

<280.000 y <3.600

217

191.569

44

0,75

2.447

M2A

<280.000 y >3.600

214

206.855

35

1,09

4.792

M3B

<480.000 y <4.200

200

371.882

67

0,71

2.756

M3A

<480.000 y >4.200

232

362.679

51

1,06

5.961

M4B

<945.000 y <5.100

215

696.181

120

0,81

3.572

M4A

<945.000 y >5.100

219

682.031

95

1,28

7.069

M5B

>945.000 y <6.000

187

1.686.827

238

0,91

4.812

M5A

>945.000 y >6.000

173

1.828.024

234

1,23

7.360

M6

*

78

4.965.120

682

1,10

6.272

Total/ Prom.

 

2.161

738.634

109

0,99

5.068

Fuente: Encuesta Lechera 2019.

 

​​​​​​​2.3 Componentes de la huella

 

Para la estimación de las emisiones de los componentes de la huella, se siguieron las directrices metodológicas pautadas por IPCC (2006) y refinamientos de IPCC (2019).

Las emisiones de gases de efecto invernadero que componen la huella y que fueron consideradas en esta estimación fueron: emisiones de metano por fermentación entérica del ganado lechero (tanto vacas masa como vacas de recría); emisiones de metano y de óxido nitroso por gestión de efluentes y estiércol; emisiones desde suelos gestionados por agregados de heces y orina del ganado; emisiones por el uso del suelo para la producción de cultivos, forrajes, y pasturas; emisiones debidas al uso de electricidad; y emisiones generadas en la producción y transporte de alimentos importados desde fuera del predio.

Siguiendo las recomendaciones de IDF (2015), no se consideraron remociones de carbono en suelo. La inclusión de este componente, que potencialmente puede afectar de forma significativa los resultados, deberá esperar por el avance y maduración de los trabajos empíricos de investigación nacional.

Las emisiones de metano por fermentación entérica, según la lógica del IPCC, se estiman como el producto entre un factor de emisión individual y el nivel de actividad, en este caso cantidad de animales por cada categoría.

La clave para el cálculo del factor de emisión consiste en la determinación de la energía bruta ingerida por los animales a partir de los requerimientos energéticos netos para sus distintos procesos fisiológicos (mantenimiento, lactancia, gestación, ganancia de peso), y de la digestibilidad de la dieta ingerida. Para las estimaciones de estos requerimientos, se utiliza información relevada en la encuesta referida al peso promedio de las vacas masa, la composición de animales por categoría, producción anual de leche, el porcentaje promedio anual de grasa en la leche, la relación vaca ordeñe en el total de las vacas masa, y datos de desempeño reproductivo.

La digestibilidad media de la energía es el promedio de las digestibilidades de los alimentos consumidos, ponderada por el peso de cada alimento en el consumo total de alimentos. La encuesta brinda información detallada de las reservas forrajeras y suplementos ofrecidos  a cada categoría; la parte de la dieta que se  cubre  mediante  pastoreo,  es  estimada como diferencia de los requerimientos energéticos y el consumo observado de reservas     y suplementos. Las características energéticas de pasturas, forrajes y concentrados se tomaron de INIA (2004).

Para el componente de gestión de efluentes es clave determinar la cantidad de estiércol que queda en potreros y praderas o que entra en el sistema de efluentes, lo que se estimó a partir de características del establecimiento como la infraestructura y tecnología de ordeñe, existencia de patio de alimentación, prácticas y componentes del sistema de gestión de efluentes. A su vez, el contenido energético y el contenido de nitrógeno del estiércol son estimados a partir de la producción de leche, el contenido de proteína de la leche, el peso de los animales y la proporción de proteína en la dieta de las vacas de ordeñe.

Las emisiones directas e indirectas de óxido nitroso producidas por la deposición de heces y orina en el campo se estima de acuerdo a la cantidad de heces y orina que quedan en pasturas y potreros, y su caracterización en cuanto a contenido de nitrógeno.

El uso de fertilizantes genera emisiones directas e indirectas por la aplicación de nitrógeno en  los  suelos.  En  adición,  la  producción  industrial  de  los  fertilizantes  también  es una actividad emisora de GEI. La presente huella incluye ambas fuentes de emisiones. El uso de fertilizantes en los predios lecheros fue minuciosamente relevado en la encuesta. La metodología para la estimación de emisiones sigue las ecuaciones y factores de emisión del IPCC. Por el lado de la producción de los fertilizantes, se aplicó un factor de emisión para cada tipo de fertilizante de acuerdo a Davis y Haglund (1999).

Para los demás aspectos relevantes en cuanto a las emisiones originadas por el uso del suelo para la producción de alimentos (laboreos, producción de semillas, y herbicidas) se utilizaron coeficientes técnicos que reflejan la tecnología forrajera y agrícola estándar, y sobre estos factores tecnológicos se aplican los factores de emisión teóricos (Astigarraga, 2004).

La huella de carbono incluye las emisiones generadas en la producción y el transporte de cultivos forrajeros y concentrados que son producidos en otros establecimientos y llevados al establecimiento donde son consumidos. La cantidad y el tipo de alimento importado surgen directamente de la encuesta. Para cada tipo de alimento comprado se utilizó un factor de emisión teórico que surge de la tecnología media de producción del referido cultivo; a estos factores, se le agrega un factor de emisión por el transporte del alimento.

Desde el enfoque de ciclo de vida, es necesario incluir en la huella de carbono de la leche, aquellas emisiones generadas en la producción de la energía eléctrica que se consume en el proceso de producción de la leche. La encuesta informa el consumo eléctrico total de los predios, que se explica principalmente por el consumo del ordeñe y de los tanques de frío; a esta cantidad se la multiplicó por un factor de emisión de la generación eléctrica calculado a partir de los balances energéticos, específico para la estructura energética uruguaya de los años relevantes (MIEM, 2021).

Para los cálculos de equivalencias entre gases de efecto invernadero, se utilizó la métrica del potencial de calentamiento global en 100 años, GWP100AR2, en donde una determinada cantidad de CH4 tiene un potencial de calentamiento equivale a 21 veces el de esa cantidad de CO2, y una unidad de óxido nitroso equivale a 310 veces esa cantidad de CO2 (IPCC, 1996).

 

​​​​​​​2.4 Unidad funcional y factor de asignación

Siguiendo las recomendaciones metodológicas de IDF (2015) y de LEAP (2015), se tomó como unidad funcional para la huella de carbono de la fase primaria de la lechería, 1 kilo de leche corregida por grasa y proteína (FPCM por sus siglas en inglés).

Una característica distintiva de la producción lechera consiste en que como producto complementario de la actividad principal, la producción de leche, también se produce carne. Por ese motivo es importante la correcta asignación de las emisiones a cada uno de estos productos. A tales fines, se estimó, a partir de información individual, un factor de asignaciones de emisiones entre carne y leche de acuerdo a IDF (2015).

 

​​​​​​​3. Resultados

Si bien la huella de carbono se estimó a nivel de establecimiento individual, a los efectos del reporte, los resultados se presentan agrupados a nivel de modelos lecheros INALE 2019.

Las emisiones totales de GEI de la producción lechera alcanzan los 1.601,8 giga gramos de CO2 equivalente. Por su parte, la producción total de leche, expresada en kilos corregidos por grasas y proteínas, asciende a 1.620 giga gramos. De manera que la huella de carbono promedio de la lechería nacional asciende a 0,989 kilogramos de CO2 equivalente por kilogramo de leche (columna 6, cuadro 2)10.

 

Cuadro 2. Huella de carbono e intensidad productiva por modelo lechero

 

 

Modelo INALE

 

 

Tambos

 

Productividad animal (L/VO/día)

Leche FPCM

(miles ton)

Emisiones totales CO₂ eq     GWP100AR2 (Gg)

Emisiones CO₂ eq/Kg leche FPCM (kg/kg)

M1

426

9,8

35

49,16

1,387

M2B

217

12,0

42

52,41

1,238

M2A

214

16,2

45

47,93

1,058

M3B

200

15,1

75

80,08

1,068

M3A

232

19,5

85

75,10

0,883

M4B

215

15,9

150

169,67

1,129

M4A

219

19,7

150

145,49

0,967

M5B

187

19,4

323

321,68

0,997

M5A

173

21,4

319

284,37

0,892

M6

78

19,9

394

375,88

0,954

Total

2.161

18,5

1.620

1.601,78

0,989

 

Fuente: elaboración propia.

 

Si se analiza desde el punto de vista de la segmentación por modelo lechero, la huella muestra un rango que va de un mínimo de 0,883 a un máximo de 1,387 kg CO2 eq./kg FPCM. En este sentido resulta de interés destacar la asociación negativa que se observa entre la productividad parcial, y el nivel de huella de carbono de cada modelo de tambo; aquellos modelos más productivos tienen una huella de carbono menor. Este resultado, relativamente lineal dada la definición del indicador huella, no deja de ser relevante como aspecto orientador de acciones de política productiva y ambiental.

Estos valores son relativamente cercanos a los reportados por Darre, Llanos y otros (2021) quienes estiman que, para datos del año 2014, la huella de carbono lechera primaria era 0,97 kg CO2eq.GWP AR5 /kg leche. Lizarralde (2013), para datos representativos de la situación productiva de 2010, reporta una huella de 0,96 kg CO2eq./kg leche para sistemas más productivos y de 1,09 kg CO2eq./kg leche para sistemas menos productivos.

Mazzetto, Falconer, y otros (2021) realizan una sistematización estandarizada de estudios de huella de carbono de la lechería en fase primaria para sistemas productivos de distintos países. La diversidad de desempeños documentada es grande, con valores que se ubican entre 0,77 y 3,34 kg CO2eq./kg según país11 .

 

Cuadro 3. Sensibilidad de la huella según métricas de conversión

 

Métrica

Emisiones/Kg leche (FPCM)

GWP 100 AR 2

0,989

GWP 100 AR 4

1,091

GWP 100 AR 5

1,144

Fuente: elaboración propia.

 

El Cuadro 3 presenta el aspecto que tendría la huella de carbono lechera si fuese calculada bajo distintas versiones de métricas de conversión de los GEI12 .

Los resultados discutidos parecen mostrar,  por un lado, un desempeño nacional estable   en la última década, mientras que a nivel internacional la producción lechera uruguaya se posiciona en una situación comparativamente favorable.

 

 

Gráfica 1. Huella de carbono lechera para distintos países

Fuente: Mazzetto, Falconer, y otros (2021).

 

Cuando se analiza desde la perspectiva de los distintos componentes que conforman la huella, se observa que las emisiones de metano por fermentación entérica de los animales explican    la mitad de la huella; le siguen en importancia las emisiones de óxido nitroso producto de la deposición de heces y orina en campo, así como de la gestión de efluentes con un peso del 26%; las emisiones de metano del manejo de los efluentes representan una proporción del 9,7% de la huella total; de esta forma, las emisiones que dependen de los aspectos vinculados al rodeo, en forma combinada, significan, en proporción, el 86% de la huella de carbono.

La distribución por componente es comparable a la que describen Becoña y otros (2013), aunque en el caso del referido antecedente la contribución de las emisiones de fermentación entérica eran algo mayores (56%), y las emisiones producto de la excreción de nitrógeno eran algo menos (22%), lo cual podría interpretarse, abstrayéndose de las incertidumbres involucradas, como señal de intensificación de los sistemas lecheros, en la medida de que parece existir una regularidad que muestra disminución de la importancia relativa de las emisiones de metano de fermentación entérica cuanto más intensivo se torna el sistema (Modernel, 2013).

 

Cuadro 4. Peso proporcional de la huella de carbono por componente

 

 

Componente

Emisiones totales CO₂ eq GWP100AR2

Emisiones/ Kg leche

Peso en la huella

Emisiones CH₄ fermentación entérica

805,4

0,497

50,3%

Emisiones CH₄ efluentes

155,7

0,096

9,7%

Emisiones N₂O (efluentes, heces y orina)

417,5

0,258

26,1%

Emisiones uso del suelo

166,7

0,103

10,4%

Emisiones uso electricidad

1,8

0,001

0,1%

Emisiones alimento importado

54,6

0,034

3,4%

Emisiones totales

1.601,8

0,989

100,0%

 

Fuente: elaboración propia.

 

​​​​​​​4. Comentarios finales

Se presentó la estimación de la huella de carbono lechera basada en un enfoque parcial de ciclo de vida. Los resultados indican que para los tambos remitentes del país, las emisiones totales de GEI son de 1601,8 giga gramos de CO2 equivalente, lo que, relativizado en términos de la producción total de leche, hace una huella promedio de 0,986 kg CO2eq./kg FPCM. La comparación internacional posiciona al sector en una posición relativamente favorable.

La huella de carbono de la lechería constituye un importante indicador de la eficiencia ambiental con que se desempeña la producción lechera. Sin embargo, es una más dentro de un conjunto mayor de dimensiones que componen una huella ambiental, y que deben ser analizadas integradamente.

El presente articulo contribuye en la generación de información en un tema que es relevante, tanto desde la perspectiva comercial, como desde la perspectiva ambiental. La acumulación de conocimiento en este sentido es necesaria para el diálogo social respecto al debate sobre los sistemas agroalimentarios y sus tensiones con los recursos naturales y el ambiente.

El presente aporte es parte de una agenda de trabajo más amplia, que entre sus próximos pasos se plantea incorporar refinamientos metodológicos y datos complementarios; así como nuevas formas de agrupar y presentar los establecimientos y las huellas individuales.

Por otra parte, debe trabajarse en implementar modelos predictivos para actualizar el indicador huella de carbono con información disponible y de forma periódica.

Finalmente, es necesario avanzar en los aspectos analíticos del trabajo para abordar la pregunta de cuáles son aquellos factores que explican la huella de carbono, cuáles la incidencia relativa y el signo de estos distintos factores, y cuáles podrían resultar más plausibles de ser gestionados.

Esto podría contribuir a pensar las acciones o prácticas cuya implementación pueda ser impulsada desde las políticas públicas como forma de mejorar el desempeño ambiental de los sistemas productivos alimentarios.

 

​​​​​​​5. Referencias

Astigarraga L. 2004.  Desafíos  técnicos  de  la  intensificación.  FPTA  101,  INIAFUCREA,  Facultad de Agronomía. En línea: http://www.fucrea.org/informacion/index. php?TypeId=15&ClassId=49&Id=11

Becoña, G. Oyhantcabal, W. (Compiladores), 2013. Primer estudio de la huella de carbono de tres cadenas agroexportadoras del Uruguay: carne vacuna, láctea, arrocera.

Davis, J. and Haglund, C. 1999. Life Cycle Inventory (LCI) of Fertiliser Production.Fertiliser Products Used in Sweden and Western Europe. SIK-Report No. 654.Masters Thesis, Chalmers University of Technology.

Darré, E., Llanos, E., Astigarraga, L., Cadenazzi, M., y Picasso, V. (2021). Do pasture-based mixed dairy systems with higher milk production have lower environmental impacts? A Uruguayan case study. New Zealand Journal of Agricultural Research, 64(3), 444-462.

Grupo Interinstitucional. 2022. Huella ambiental ganadera de Uruguay. Informe final. MA; MGAP; INAC; INIA; INALE. Montevideo, octubre 2022. En línea: https://www.researchgate. net/publication/364324095_Informe_sobre_la_huella_ambiental_de_la_ganaderia_de_ Uruguay?channel=doi&linkId=6348420776e39959d6be4a9b&showFulltext=true

IDF (International Dairy Federation). 2015. A common carbon footprint approach for dairy. The IDF guide to standard life cycle assessment methodology for the dairy sector. Brusselas, Bélgica.

INIA 2004. Mieres, J. M.       Guía para la alimentación de rumiantes. Serie técnica número 142.

Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC) 1996a. Revised IPCC Guidelines for National Greenhouse Gas Inventories: Reference Manual, London, U.K.

Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC) . 2006. 2006 IPCC Guidelines for National Greenhouse Gas Inventories, Prepared by the National Greenhouse Gas Inventories Programme, Eggleston H. S., Buendia L., Miwa K., Ngara T. and Tanabe K. (eds). Published: IGES, Japan. Vol. 10 y 11. 141 p.

Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC). 2019. Refinement to the 2006 IPCC Guidelines for National Greenhouse Gas Inventories, Calvo Buendia, E., Tanabe, K., Kranjc, A., Baasansuren, J., Fukuda, M., Ngarize S., Osako, A., Pyrozhenko, Y., Shermanau, P. and Federici, S. (eds). Published: IPCC, Switzerland.

Instituto Nacional de la Leche. 2021. Resultados definitivos Encuesta Lechera 2019. En línea: https://www.inale.org/estadisticas/encuesta-lechera-2019-resultados-definitivos/

Instituto Nacional de la Leche. 2022 ¿Cómo evolucionaron los sistemas de producción lecheros? Foro INALE 2022. En línea: https://www.inale.org/todos-los-contenidos-del-foro-inale-2022/

FAO. 2016. Environmental performance of large ruminant supply chains: Guidelines for assessment. Livestock Environmental Assessment and Performance Partnership. FAO, Rome, Italy.

Lizarralde, C. 2013. RELACIÓN ENTRE LA HUELLA DE CARBONO Y LAS PRÁCTICAS DE MANEJO EN

PREDIOS LECHEROS DE URUGUAY. Facultad de agronomía – UdelaR.

Mazzetto, A., Falconer, S., & Ledgard, S. (2021). Mapping the carbon footprint of milk for dairy cows. Report for DairyNZ.

Ministerio de Industria, Energía y Minería. 2021. Balance Energético Nacional 2020. Montevideo.

Modernel, P. Astigarraga, L. Picasso V. 2013. Global versus local environmental impacts of grazing and confined beef procuction systems. Environmental Research Letters.

Hannah Ritchie, Max Roser and Pablo Rosado (2020) - “CO₂ and Greenhouse Gas Emissions”. Published online at OurWorldInData.org. Retrieved from: ‘https://ourworldindata.org/co2-and- other-greenhouse-gas-emissions’ [Online Resource]

Sistema Nacional de Respuesta al Cambio Climático. 2017. Primera Contribución Determinada a nivel Nacional. Uruguay.

Sistema Nacional de Respuesta al Cambio Climático. 2021. Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero 1990-2019 a la Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Ministerio de Ambiente.

Etiquetas